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viernes 29, marzo 2024

José Luis Iglesias, presidente de la Asociación Asturias Laica. Libertad por y para todos

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Razonar, argumentar, dialogar y convencer. Cuatro principios que cimentan las bases de Asturias Laica, una Asociación que nace con el propósito de establecer la separación entre Estado e Iglesia, tal como indica nuestra Constitución. Ni más ni menos.

“Ya va siendo hora de que en este país haya una verdadera Democracia y ello exige, entre otras cosas, que el Estado sea neutral ante las creencias y convicciones, es decir que sea auténticamente Laico”

Estas palabras, escritas en el saludo que los internautas se encuentran al entrar en la web de Asturias Laica, resumen los objetivos que esta Asociación, nacida el pasado marzo, quiere conseguir.
José Luis Iglesias, Presidente de la Asociación, afirma que el laicismo es uno de los grandes déficits democráticos en nuestro país y que, mientras no seamos capaces de alcanzar este derecho y trazar una línea que separe a la Iglesia del Estado, la libertad nunca será un derecho pleno en España. En concreto, piden la derogación de los acuerdos con el Estado Vaticano, el llamado Concordato, y la eliminación de la simbología religiosa de los espacios públicos.

-La Asociación Asturias Laica se presentó en sociedad el 24 de marzo de este año. ¿Cómo surge la necesidad de crear una asociación de estas características?
-La democracia necesita avanzar en muchos sectores de la vida social y entre ellos el laicismo. Ya desde la Transición el laicismo estuvo muy silenciado porque todas las fuerzas políticas que colaboraron en ella firmaron un pacto de silencio en torno a este tema. Los acuerdos firmados entonces con el Vaticano son prácticamente preconstitucionales porque, aunque se firman días después de aprobada la Constitución, habían sido preparados bastante antes.

-Esos acuerdos rigen las relaciones entre la Iglesia y el Estado. Se trata del Concordato de 1953, al que se le añaden los acuerdos con el Vaticano del 79. ¿Es posible actualizar esto?
-Indudablemente sí. Teóricamente la soberanía está delegada en el Parlamento, que hace las leyes y tanto el Gobierno como el Parlamento podrían rescindir esos acuerdos, de hecho muy pocos países del mundo y de Europa tienen unos acuerdos semejantes. Si hay alguien que tiene una capacidad de adaptación a las situaciones políticas, incluso hasta las más adversas, es la Iglesia católica. Como desde dentro de los partidos no se quiere hacer nada, la única posibilidad es que la ciudadanía se movilice.

“La sociedad se está secularizando mientras el Estado se confesionaliza cada vez más, en una actitud de arrogancia y de sumisión a la Iglesia. Esta separación entre Estado y ciudadanía puede crear serios conflictos”

-Pero existe un punto de inflexión en el que el laicismo vuelve a relanzarse ¿no?
-Hay dos hechos que contribuyen de una forma decisiva a este relanzamiento. Uno, la figura de Gonzalo Puente Ojea, embajador de España en el Vaticano, que dejó recogidos en el libro “Mi embajada ante la Santa Sede” una enorme cantidad de documentos que ponen de manifiesto todos los privilegios que mantuvo la Iglesia Católica durante el periodo de Felipe González. Este hombre, una vez cesado como embajador y prácticamente dado de baja en la carrera diplomática, se dedica a relanzar el movimiento laicista por toda España. Por otro lado, la llegada del PP y el lanzamiento de la famosa LOCE (Ley Orgánica de Calidad de la Educación), que suponía un paso más en la vulneración descarada de la Constitución al establecer la asignatura de religión prácticamente como obligatoria para todos los estudiantes de secundaria y bachillerato. No llegó a aplicarse porque el PSOE ganó las elecciones y la cambió por la actual LOE.

-¿Se puede decir que fue también éste el momento en el que el laicismo resurgió en Asturias?
-Sí, ya que este hecho provocó una reacción muy grande en los círculos pedagógicos, en círculos laicistas, en los sindicatos, en las asociaciones de padres. Me puse en contacto con Gonzalo Puente Ojea, dialogamos sobre laicismo y a raíz de eso me hice socio de la asociación Europa Laica. En Asturias no existía ninguna infraestructura y la plataforma “Religión fuera de la escuela” se creó con muchas dificultades y con la oposición de algún partido de izquierda. Nos conectamos con el resto de plataformas que había en España y nace el laicismo en Asturias como grupos de personas organizadas. El paso siguiente se da con la creación de la Plataforma Laica, una Plataforma de organizaciones que cubre una etapa hasta el año 2009. Debido a una serie de dificultades por el hecho de ser una Plataforma, decidimos crear la Asociación Asturias Laica lo que nos dotó de entidad jurídica para desarrollar nuestras actividades.

-Estamos acostumbrados a la presencia de autoridades públicas en actos religiosos, incluso los viajes del Papa se financian en gran parte con dinero público. ¿Cómo se puede justificar esto?
-Se produce una gran contradicción entre la sociedad y las autoridades. La presencia de las autoridades públicas en este tipo de actos cada vez va a más, en vez de ir a menos. Si se pide la retirada de símbolos religiosos, ponen más; cuando se acude a la justicia para pedir separación de la Iglesia y el Estado, los jueces se muestran cada vez más intransigentes.
Por otra parte, la sociedad progresivamente va tomando el camino opuesto, es decir, cada vez se seculariza más, los matrimonios civiles han superado a los religiosos, el número de alumnos que escogen religión en los centros escolares son una minoría, el número de católicos practicantes es reducido, el número de personas que en la declaración de la renta ponen la cruz a favor de la Iglesia Católica es una minoría… Conclusión: la sociedad se está secularizando mientras el Estado se confesionaliza cada vez más, en una actitud de arrogancia y de sumisión a la Iglesia. Esta separación entre Estado y ciudadanía puede crear serios conflictos.

“La Iglesia sabe muy bien qué hilos tocar en cada momento para conseguir del Estado lo que se propone, y el Estado siempre cede”

-La postura de Asturias Laica es de apoyo a la Democracia, poniendo encima de la mesa que no se están cumpliendo sus principios.
-Para que haya democracia una de las condiciones necesarias es la separación entre Iglesia y Estado. Yo entiendo que el Estado se vincule al Teorema de Pitágoras y por tanto sea obligatorio enseñarlo en los sistemas educativos, porque la razón lo demuestra. No entiendo que el Estado se vincule al dogma de la Purísima Concepción, porque por esa misma razón tendría que vincularse a la creencia en Buda. La tradición no demuestra nada. Hay tradiciones que son admisibles porque son razonablemente positivas y otras que son razonablemente rechazables. Yo exijo que el Estado no se vincule a ninguna creencia y mantenga la neutralidad.

-Afirman ser la primera organización laicista del Estado que se posiciona en el uso del velo. ¿Qué postura tienen frente a un tema tan polémico?
-Nosotros entendemos que el Estado debe respetar la libertad de las personas en cuanto a todos los atuendos que porten sobre su cuerpo únicamente con dos condiciones: primero, que no se haga apología y segundo, que no se altere el orden público. Una persona que lleva un velo y que no oculta el rostro, para mí tiene el mismo equivalente a quien lleva un colgante o un pantalón medio roto. Otro tema es la gente que lleva el rostro tapado. En relación a ello en España existe una legislación muy antigua, porque ya Esquilache, que fue ministro en el siglo XVIII, tuvo que prohibir que se llevaran capas largas porque se embozaban el rostro y cometían delitos. No es por motivos religiosos por lo que estoy en contra de taparse el rostro, sino por motivos de orden público.

-Hace relativamente poco que la Iglesia ha tomado las calles como escenario para sus reivindicaciones. ¿A qué cree que se debe?
-Ante un gobierno débil con los fuertes y fuerte con los débiles, aprendieron el juego y salen a la calle cada poco porque saben que el Gobierno va a ceder.
Me gustaría destacar que los cristianos organizados están dentro de todos los partidos políticos y la Iglesia tiene mucha influencia en todos ellos, tanto en los de derechas como en los de izquierdas. La Iglesia sabe muy bien qué hilos tocar en cada momento para conseguir del Estado lo que se propone, y el Estado siempre cede porque en este terreno no quiere apoyarse en la ciudadanía, donde encontraría una enorme fuerza. No estoy planteando una guerra pero todos los que hemos estado y estamos en política sabemos lo que son estrategias a corto y largo plazo.

-¿Desde Asturias Laica se percibe una mayor aceptación a sus propuestas?
-Vivimos tiempos de un enorme individualismo. Yo soy profesor y siempre les digo a mis alumnos: “no os asociáis ni para divertiros”. Según la última estadística que publicó el Instituto de la Juventud, el 80% de los jóvenes de este país de 14 a 25 años, no está asociado a nada. Del 20% restante, la mayoría pertenece a organizaciones de tipo deportivo, luego vienen las organizaciones religiosas y por último las sindicales. Somos el país de más baja afiliación sindical de Europa y esto no es porque los españoles seamos diferentes sino porque, desde los poderes públicos y los medios de comunicación, se ha favorecido una cultura individual. Hay un enorme individualismo y eso también se manifiesta en el laicismo.

web: asturiaslaica.org

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