La actualidad prima. Ya tendremos ocasión de hablar de otros temas, vamos a referirnos hoy a aquellos que en las últimas semanas nos han tenido harto entretenidos:
Inmediatamente después de la intervención militar de los gringos en Pakistán, TVE repitió en el Telediario, por tres ocasiones y por dos comentaristas diferentes, que Osama ben Laden había sido “enterrado en el mar siguiendo las tradiciones islámicas”. Doble metedura de pata; según el Diccionario enterrar es poner debajo de la tierra, cuando algo se echa al agua más bien tiene tendencia a sumergirse. Por otro lado las costumbres funerarias islámicas se refieren a la limpieza ritual del cadáver.
“Obama is dead” subtitulaba otra cadena de televisión; las prisas en este caso hicieron confundir los nombres propios de los enemigos a muerte, nunca mejor dicho. Prisas tenía el redactor de ABC que el domingo 1 de mayo, debajo de una foto que ilustraba la derrota del Madrid en su campo a pies del Zaragoza, escribía que, después de la victoria del Barcelona, la Liga estaba perdida. El hombre no había tenido la paciencia de esperar al final del partido, que, realmente, acabó con la derrota de los azulgranas y, por ende, con el campeonato pendiente de decidir.
Tampoco anda muy fina la persona que escribe otro pie de foto en el mismo diario el día anterior: “La hermana Beatriz con la camiseta manchada de sangre que llevaba Juan Pablo II cuando fue objeto de un atentado”. Dicho de este modo parece que el papa polaco, que en esas fechas ascendía a beato, no tenía un buen servicio de lavandería; en todo caso la prenda quedaría en ese estado como consecuencia de la agresión, no es sensato pensar que ya la tenía así al salir de casa.
En la misma jornada se daban noticias de una de los cientos de bodas del siglo, esta vez entre parientes de la monarca inglesa. Hubo alegría general en la isla, según cuentan. “Sí ha habido fiesta en Doping Street, en cambio, en la que se han servido pasteles horneados por Samantha Cameron, la mujer del primer ministro”, informaba El País. Como yo siempre había oído que la casa del jefe del gobierno británico estaba en Downing Street recurrí a la Red, por si se trataba de una equivocación propia; lo que me salió corresponde con la traducción de “doping”, o sea, un gabinete universitario que estudia los casos de drogas en el deporte, un despacho de abogados que defiende a los encausados por tráfico de substancias ilegales y ¡la dirección de dos equipos ciclistas!. Me temo, por tanto, que se trate de una errata, a no ser que la Sra. Cameron haga pasteles de cannabis; muy apreciados en ciertos ambientes, dicho sea de paso.
Cuando salgan estas líneas habrá terminado la campaña, se habrán guardado con esmero los materiales, que valen para dentro de cuatro días. La Candidata siempre fue cuidadosa y apañada: “Te recogí la bandera…mira como te la devuelvo, ¡involuta!”
Y ya desde aquí directamente a la campaña electoral, que da materia para llenar páginas. Lo primero leer los programas (que sí, no desconfíe Vd., señora: existen; aunque nadie hable de ellos). Pido uno a la Candidata, buena amiga, buena persona y buena luchadora, que me responde solícita: “Te dejo una copia, que todavía no lo tengo; luego sacaremos un cítrico” No es que el programa sea amargo, sino las ganas que tienen los listos de complicar las cosas, que en el barrio siempre hemos llamado a esto panfletos, ¡y ahora les da por llamarlos trípticos!
Ha sido divertido ver a personajes que no conocen los nombres de su cabeza de lista. El Sr. Rajoy, en un marco donde se hablaba de Europa, fue demandado por los problemas del PP a cuenta de los candidatos. La respuesta apareció colgada en la Red por las Juventudes de sus rivales: “Yo en este sentido ya estoy en el futuro, lo único que me importa en este momento es que estamos orgullosos de nuestra candidata…uuummm…eeehhh…por el Partido Popular en Asturias, Isabel Fernández Espinosa” ¡Pérez, que se llama Pérez!, le recordaron desde la competencia.
Más peligrosa tuvo que ser otra intervención en Villaviciosa. Se celebraba un acto del FAC, ese partido que representa tan bien el pensamiento de su líder que hasta lleva sus iniciales; el telonero anunciaba con entusiasmo al siguiente orador, “…el próximo presidente de Asturias, ¡¡¡Francisco Álvarez Areces!!! No tengo noticias de si al final hubo bronca, claro que el Sr. Álvarez Cascos debe ser magnánimo en el perdón ya que él mismo, según cuenta La Nueva España, se equivocó por dos veces de partido en La Felguera y lanzó sus ideas a “mis queridos amigos del PP”.
En Avilés avisaba la TPA de un pecado venial, los carteles confundían el apellido de la alcaldesa, en un baile de letras, Valera por Varela, perdonable si las agencias de publicidad no cobraran. Lo que no sé es si tiene disculpa escuchar en boca de orador foráneo que está encantado de ver “esta magnífica muestra de la escultura de Niemeyer”.
Cuando salgan estas líneas habrá terminado la campaña, se habrán guardado con esmero los materiales, que valen para dentro de cuatro días. La Candidata siempre fue cuidadosa y apañada: “Te recogí la bandera…mira como te la devuelvo, ¡involuta!”
Impoluta quisiéramos ver la política municipal que salga de los nuevos consistorios. Mientras se constituyen, háganos llegar todas las estridencias que haya oído en estas semanas a elquetieneboca@gmail.com, serán tratadas con el cariño que se merecen.