Con Bolonia ya no hay exámenes en septiembre. En el momento que escribo estas líneas cuenta la prensa que un porcentaje muy importante de los estudiantes asturianos pasa de curso; es una buena noticia.
De todas formas muchos deberían estar todo el verano estudiando a tres turnos, porque las meteduras de pata son de tal calibre que parecen inventadas por guionistas de comedia.
Mi amigo Ernesto Burgos, historiador del pueblo, profesor de instituto, se echa literariamente las manos a la cabeza. Reproduzco, tal y como me llegó, su correo: “Aunque te parezca mentira, te prometo que son todas auténticas: Los egipcios escribían en frigoríficos (por jeroglíficos); Felipe II dominó a los berberechos (por berberiscos); Lutero era un fraile langostino (por agustino); Una vez mandé dibujar un mapa y un allerano me dijo: profe, ¿Pongo la hoja así o apaisanada? Y una de hace un mes, respuesta de un alumno ecuatoriano a la pregunta ¿Quién descubrió América?: Un destacamento de marines españoles… Esta profesión es dura. S & R ”.
Aún cuando tenía una amplia colección de perlas, he aprovechado los últimos exámenes para que el profesorado me las actualizara, que las modas cambian cada año, incluso en las aulas. Agradezco su colaboración al paciente Ernesto, a Diana, profesora de instituto en Córdoba, a Marta, profesora universitaria en Mallorca, a Isabel de la Universidad de Burgos, que todavía no tiene pifias estudiantiles, pero ha aprovechado para mandarme de la prensa, su especialidad, y a Patricia, en Valladolid, que, por si no tuviera bastante con ser la madre de Nícer, me abastece de errores y curiosidades internacionales. Aprovecho para saludar a Francisco García Pérez, que en el instituto y su columna “Lo que hay que oír”, labora cuanto puede para que estudiantes de ahora y de antes hablen, hablemos, mejor y lean, leamos, más.
Los entendidos en Didáctica dicen que los exámenes tienen que aproximarse al objeto que quieren medir, o sea, las preguntas tienen que ser las adecuadas, porque si no puedes encontrarte con dificultades para evaluar las respuestas:
Pregunta: Comentarios sobre el Dos de Mayo. Respuesta: ¿De qué año?
Pregunta: ¿Conoces algún vegetal sin flores? Respuesta: Conozco
Pregunta: ¿Cuántos continentes hay? Respuesta: Muchos; yo suelo ir al de Majadahonda; de todas formas ahora se llaman Carrefour. Y es que, sinceramente, el profesorado no se entera ni de los cambios de marca más elementales, ¿ellos dónde comprarán?
Los entendidos en Didáctica dicen que en los exámenes puedes encontrarte con dificultades para evaluar las respuestas: Pregunta: ¿Cuántos continentes hay? Respuesta: Muchos; yo suelo ir al de Majadahonda; de todas formas ahora se llaman Carrefour.
Otras veces el alumnado demuestra un fino sentido de la observación, difícilmente valorable por el educador. ¿Lenguas vernáculas?, las que se hablan en las tabernas. Y en los mercados, y en las casas. ¿Derivados de la leche?, el arroz con leche. Quevedo era cojo, pero de un solo pie. ¿Qué son los fósiles?, unos señores muy antiguos, dice uno; y remata otro: son animales que se extraen de los grandes museos, como el de Madrid.
Porque, no nos olvidemos, un buen sistema de enseñanza no puede estar sustentado sobre fósiles, las carencias del profesorado se multiplican en el alumnado. Una de las mayores deficiencias del medio educativo español es la de idiomas. Una profesora de inglés de la Escuela de Magisterio de Oviedo ponía un ejemplo de mala traducción: Mi madre sacudía las carpetas (en inglés “carpet” es alfombra, por tanto su madre hacía lo correcto, era el alumno quien se equivocaba). Peor aún, -esta señora ya es docente-, para manifestar que no le gusta la comida inglesa dice que “The english food is an ask” (“ask” no es lo que parece, sino “pregunta”)
Claro que aún se puede apuntar más alto. El treinta de junio del año pasado, Javier Fernández, policía local de Langreo, tuvo la amabilidad de enviarme un vídeo ya emitido por los servicios informativos,-que las televisiones tuvieron que hacer desaparecer-; ante una nueva remodelación del gobierno español, en los actos de toma de posesión se ve claramente cómo se entrega la cartera del Ministerio de Heducación. ¡Mal empezamos!
Desde aquí en adelante puede entenderse que el sujeto de la frase en vez de elíptico sea epiléptico, que el Barroco sea un estilo de casas hechas de barro o, directamente relacionado, el alfarero sea un sujeto que lleva un farol. No es de extrañar que un coleccionista de sellos sea un sifilítico y que un polígono sea un hombre con muchas mujeres. Hace el profesor aquí una acotación aclaratoria: pentágono cinco mujeres, hexágono seis…y así sucesivamente. Parece que lo toma bien y no se pone nervioso, y eso que ha comentado otro alumno que los estimulantes del sistema nervioso son el café, el tabaco y ¡las mujeres!
Quedan más páginas. Seguramente Vd. tiene más historias, propias y ajenas, desde el pupitre, desde la tarima y desde los despachos, ¡no las pierda, háganoslas llegar! La Humanidad necesita, con todo lo que está cayendo, sonreír. elquetieneboca@gmail.com