Claudio Menéndez es una fuente inagotable de anécdotas, bien por sus muchas temporadas como presidente del Club Patín Areces, o como fundador del legendario grupo musical Los Archiduques. Pero hoy estamos aquí para hablar de la Asociación Amigos de Grado, que en 2015 cumplió los 25 años. Su actividad más conocida, los premios Moscones de Oro. Su mayor reivindicación, la construcción de un auditorio que permita ampliar el programa de actividades culturales en el concejo.
-¿Desde cuándo está vinculado a la asociación?
-Yo no estoy desde el principio, pero sí llevo unos cuantos años, fui vicepresidente y cuando murió Javier Prada, que era presidente, asumí yo el cargo, primero un poco por urgencia, y ahora porque acabamos de tener una asamblea en la que me han ratificado. Que conste que ese puesto es una gran responsabilidad, pero somos una asociación de carácter muy democrático, y aquí los acuerdos se toman por consenso.
-¿Qué destacar de estos 25 años?
-Una de las funciones que tiene una asociación cultural es poner de relieve las necesidades que afecten a la vida de los ciudadanos. Muchas veces son proyectos de tanta enjundia que se escapan a la capacidad de la propia asociación, y ahí ejercemos de transporte para que el mensaje llegue a las administraciones. De esta manera conseguimos, después de catorce años de lucha, convertir el antiguo colegio del Sagrado Corazón en la actual Escuela Municipal de Música Javier Prada. Y estamos empeñados en conseguir un auditorio, que es una necesidad perentoria en Grado.
-Y luego están los premios Moscones de Oro.
-Que probablemente son más conocidos que la propia asociación. Es la parte más visible, aunque también hay que decir que la asociación hace mucho trabajo durante todo el año, que no se ve tanto pero está ahí: queremos ampliar la base social, crear un Día del socio, establecer la figura del colaborador oficial… Los premios Moscones de Oro, en sus dos categorías, nacional-internacional y local, son muy exigentes, porque quien da calidad al premio son las personas o entidades premiadas. Y además en torno a la figura de los premiados se organiza la Semana Cultural, con charlas, mesas redondas, exposiciones…
«Los Moscones de Oro son muy exigentes, porque quien da calidad al premio son las personas o entidades premiadas»
-¿Qué ha supuesto la figura de Javier Prada en la historia reciente de la asociación?
-Javier Prada era una persona entrañable, y ha dejado un vacío imposible de llenar desde el punto de vista humano y afectivo. Con decirte que yo, cuando me siento en el lugar del presidente en la mesa, aún me siento extraño… Se le echa mucho de menos, pero al menos tenemos la satisfacción de que le pusieran su nombre a la Escuela de Música por la que tanto luchó.
-La asociación combina un carácter local con la vocación global. ¿Cómo casan estos dos aspectos?
-La naturaleza de la asociación es ser de aquí, porque trabajamos por y para Grado, pero también es romper localismos, asomar a Grado al mundo. Los propios premios se plantean como una forma de dar a conocer el concejo, y hay actos que hemos organizado fuera, como cuando celebramos nuestro décimo aniversario en el Hotel Reconquista de Oviedo, o alguna presentación en el Club de Prensa de La Nueva España. Y en nuestro ánimo está hacer algún acto en Madrid, en esta línea de dar a conocer el concejo.
-En Grado sorprende la vida asociativa, cultural, deportiva… ¿Qué pasa aquí?
-Un pueblo está vivo cuando su sociedad está viva, y Grado es una villa muy dinámica, no creo que haya actividad que no esté reflejada. Además aquí se ha hecho una cosa bien, y es que las infraestructuras siempre han respondido a una demanda. Por ejemplo, había veinte actividades deportivas constreñidas al aire libre, y cuando se hizo el polideportivo enseguida se llenó, y se empezaron a organizar campeonatos de España, torneos internacionales… Por eso pedimos ahora el auditorio, porque hay cosas que no se pueden organizar por la limitación de espacio.