La conciencia sobre la necesidad de cuidarnos bien crece cada día. Más que moda, es una tendencia en alza, una nueva forma de consumir y también un mercado lleno de oportunidades. Con una gastronomía basada en el producto de proximidad, Asturias tiene ya mucho camino recorrido en el terreno de la alimentación saludable y ecológica, y sobre todo un gran potencial al que sacar partido.
La ecología habla de la protección del entorno, de la naturaleza que nos rodea y del respeto a la tierra. Siendo conscientes de los problemas contemporáneos, cada vez más personas quieren parar esta crisis económica, medioambiental y social; por eso los productos ecológicos se han convertido en una necesidad, más que una moda, aunque sí es cierto que incluir determinados productos en la lista de la compra se han convertido también en una declaración de estilo.
Apostar por la producción «verde» es defender el consumo responsable, que beneficia a todos. Al comprador, que se lleva a casa un producto de sabor intenso y sano, ya que los cultivos están libres de pesticidas o fertilizantes químicos dañinos, y los animales han sido criados en condiciones adecuadas para su bienestar, con alimentación natural. Favorece también al productor, porque potencia los productos de kilómetro cero, que ayudan a mantener las rentas del entorno rural y la economía local. Y mejora el entorno, cuidando el territorio y sus habitantes, al tener en cuenta el medio ambiente.Se potencia así una especie de «vuelta a la tierra», fijando población en zonas rurales recuperando el patrimonio social y etnográfico.
Apostar por la producción verde favorece al comprador, al productor y al entorno en general.
Muchos de los productores venden directamente online o en mercados especializados, pero el crecimiento de la demanda ha dado lugar a un nuevo nicho de negocio, y se nota el aumento de tiendas centradas en alimentos ecológicos, orgánicos, frescos, crudos o elaborados en batidos o precocinados caseros. Son las tiendas «de barrio» de toda la vida o nuevos establecimientos que nacen directamente con una filosofía verde, un concepto muy alejado del de las grandes multinacionales, donde el trato con el cliente es directo. Muchos se convierten en pequeños centros culturales, donde se intercambia información y se organizan talleres o actividades sobre temas saludables. También pueden funcionar como punto de encuentro de algún grupo de consumo, que agrupan necesidades para hacer pedidos directamente a los productores, sin intermediarios. Algunos de estos colectivos surgen espontáneamente, entre familiares, amigos o compañeros de trabajo; hay quien se organiza de forma autogestionada y asamblearia, y algunos van un paso más allá y se inscriben como asociación -hay diecisiete inscritas en el registro de asociaciones del Principado-. Sea como sea, todos comparten la idea de ese consumo responsable: saber de dónde proceden los alimentos que adquirimos y buscar que nuestra compra tenga un impacto positivo en la sociedad.
Cosas de casa
El auge del sector hace que sean necesarias todas las garantías. En Asturias es el COPAE (Consejo de Producción Agraria Ecológica) el organismo encargado de otorgar las certificaciones correspondientes, que garantizan que los productos han sido producidos, elaborados, envasados y comercializados según las normas de la agricultura ecológica.
Muchos productores cuentan con explotaciones abiertas al público, donde no sólo garantizan la transparencia y la trazabilidad desde el origen, sino que realizan una labor pedagógica, explicando al visitante las consecuencias de sus elecciones como consumidor, e implicándole en el proceso. Otros organismos, públicos y privados, se han sumado también a esta didáctica, como las escuelas de hostelería, que educan a los futuros profesionales en las virtudes de los productos con certificaciones de calidad ecológica. También el programa Alimentación Saludable y de Producción Ecológica en los Comedores Escolares de Asturias -promovido por la consejería de Educación y Sanidad- ha conseguido en seis años incrementar el consumo de verdura entre los escolares un 20%, así como aumentar la compra de ingredientes a productores locales, fomentando el consumo de alimentos libres de productos químicos y pesticidas no ecológicos.
Según el COPAE, la mayor parte de la producción ecológica certificada de la región se comercializa dentro de Asturias, en contraste con el comportamiento del sector nacional, donde se exporta la mayor parte de lo que produce. Partiendo de una base local en crecimiento, queda por tanto un mercado nacional e internacional al que sacar partido. Son buenas noticias para un sector en el que todos nos jugamos algo.
En Navidad, sin embargo, el consumidor medio destina un presupuesto mayor a comida, y cuida mucho los menús de las ocasiones especiales. Es un gran momento para permitirse algún lujo, para probar ingredientes nuevos y, quizá, para descubrir que determinados productos no están tan lejos de nuestro alcance diario e incorporarlos a la cesta de la compra habitual.