Desde hace décadas, Asturias ha trabajado para unir la marca Paraíso Natural con el turismo sostenible. En 2017, Año del Turismo Sostenible para el Desarrollo, la región aprovecha el impulso internacional para posicionarse con ventaja.
La presentación española de este Año del Turismo Sostenible para el Desarrollo tuvo lugar este enero en Fitur, feria de turismo de relevancia internacional. Y entre los actos incluidos en la agenda estaba la entrega del reconocimiento Destino Turista Sostenible, que la revista Aire Libre otorgó al Principado de Asturias. La razón principal para el premio fue la apuesta regional por un modelo basado en la protección del medio ambiente.
Este galardón aumenta la visibilidad del trabajo que se ha llevado a cabo en Asturias desde el punto de vista de la difusión turística medioambiental. Precisamente hace escasos meses se puso en marcha el Programa de Turismo Sostenible 2016-2020, con el objetivo de convertir la región en un modelo de desarrollo turístico sostenible. Partiendo de una perspectiva integral, el plan contempla factores sociales, económicos y medioambientales. El objetivo final es fomentar una actividad turística respetuosa con los recursos naturales, contribuyendo a fijar población en las zonas rurales y equilibrando el trabajo de todos los agentes que intervienen en el territorio.
Puntos básicos
Como ya es habitual, desestacionalización es la palabra que surge en el planteamiento asturiano: no tanto evitar el turismo de verano, que sigue siendo temporada alta por razones lógicas, sino potenciar la oferta para el resto del año, de modo que el flujo de visitantes sea continuo y menos masificado y, en consecuencia, también menos agresivo con el entorno.
La apuesta por la internacionalización es también básica, ya que el turista de otros países está tradicionalmente más concienciado que el español con propuestas sostenibles, aunque la tendencia está cambiando. Desde el Principado se centra la promoción en ocho países principales: Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Portugal, México, Estados Unidos y Bélgica. Y tampoco se dejan de lado los destinos nacionales, con promociones específicas en Madrid, Castilla y León, Galicia, Cantabria, País Vasco y Cataluña. Para segmentar el público con criterios geográficos se ha tenido en cuenta la cercanía, como en el caso de Galicia o Cantabria pero también los mercados con conexiones directas con Asturias, como los vuelos a los tres aeropuertos londinenses o el aumento de trayectos semanales a París.
También se ha puesto el acento en la formación, planteando cursos específicos para la profesionalización del sector, así como el fomento de la conectividad tecnológica en los establecimientos. Estos planteamientos se revisarán de forma continua, con estudios periódicos para ver la evolución del turismo y mejorar la competitividad de las empresas.
Desde el Principado destacan que el documento de este Programa de Turismo Sostenible ha sido consensuado con más de quinientos agentes turísticos, la federación asturiana de empresarios FADE y los sindicatos UGT y CCOO. Anualmente se reservarán entre siete y ocho millones de euros para impulsar políticas turísticas.
El objetivo de conseguir un modelo de turismo sostenible, une en este proyecto al Principado, empresarios y agentes turísticos
Voces críticas
El sector turístico tiene una gran capacidad para generar empleo, y supone el 10% del PIB asturiano. No debería extrañar, pues, que desde el Principado insistan en la importancia de prestar atención a los proyectos turísticos, afinando cada vez más los planteamientos.
Los profesionales del sector, sin embargo, no siempre ven con buenos ojos este relativamente nuevo interés. Severino García, presidente de Ecotur, es muy crítico con esta tendencia, que suena poco fiable para los que, como él, llevan mucho tiempo dedicándose a este tema: «Es cierto que este año se habla mucho de sostenibilidad, pero cuando pase 2017 se hablará de otra cosa. Y para los que llevamos años trabajando en esto, tiene que ser más que una moda. Cuando hablamos de turismo ecológico se entiende que es un planteamiento voluntario y consciente, que intenta traducir esa sosteniblidad en unas determinadas prácticas y productos turísticos, y de eso hay más bien poco».
Como ejemplo, García nombra la moda del avistamiento de fauna, «que genera muchos problemas si se hace sin criterio». El pasado mayo en Benasque (Huesca), la muerte de un urogallo se atribuyó al estrés asociado al acoso de turistas que se acercaban a sacarse fotos con él. «En Asturias ahora parece que todo el mundo tiene que ir a ver a los osos, se convierte en un producto de consumo nuevo y escaso, y a la gente le entra una avidez un poco compulsiva. ¿Para qué? Si al final haces algo que no tiene ningún contexto ni sentido: vas, ves al oso y te vuelves a casa, después de haber recorrido un montón de kilómetros y dejando una huella ecológica absurda; y probablemente sigas igual de estresado. Así, al final, lo sostenible es solo una etiqueta más, que no se sabe ni lo que quiere decir».
Además, en el contexto asturiano, se da un tremendo contrasentido. Mientras se ha promocionado con gran éxito el eslogan Paraíso Natural, la región concentra casi un quinto de la polución industrial de España. ¿Cómo casa esto con la Asturias verde y sostenible que viene buscando el visitante? Al final el objetivo último es conseguir un modelo de región sostenible, en el que el turismo tenga, cómo no, un papel importante. Es la demanda común entre turistas y habitantes, que comparten el territorio en mayor o menor medida.
De forma paralela, el Programa de Turismo Sostenible centra esfuerzos en los rasgos diferenciales de Asturias como destino: naturaleza, gastronomía, patrimonio cultural y carácter de los asturianos. Son las características que más valoran los visitantes en las encuestas
Las líneas de trabajo se centran en nueve productos turísticos, que se engloban bajo el manto de lo sostenible: turismo gastronómico, de naturaleza, rural, activo y deportivo, cultural, industrial, los caminos de Santiago, costas y villas marineras, y ciudades de Asturias. Para la promoción se buscarán diferentes canales, con acciones específicas orientadas a nichos concretos de público, apelando a sus motivaciones para viajar.