Paso a limpio esta página justo en el Día de Andalucía, que este año presenta colores nuevos; muchas miradas están vueltas hacia el sur, para ver cómo se desenvuelven los tres partidos que han accedido al Gobierno. Resulta curioso que uno de ellos haya pedido, en su negociado, la lista de funcionarios ‘desafectos al régimen’. Bueno, que las cosas nos vayan quedando claras. Para ilustrar el Día utilizo la bandera que realizó en la escuela Martín Soldevilla, que ahora es mayor, pero el año pasado tenía seis años.
Vamos hacia Carnaval y la gente se disfraza más que de habitual. Viendo algunas actuaciones políticas rememora uno las coplas que tanto ha difundido Jerónimo Granda; en relación me llega una carta de mi amiga Ana Viejo, leonesa polifacética: «Voy a empezar una colección de burros de dos patas. Acuérdate en tus viajes…» Antes de que lo asimile, rectifica: «¡Perdón! De cuatro patas, que de dos tengo suficientes».
Se celebró también en febrero el Día de la Radio. La Clásica repone un programa viejo donde se puede escuchar: «Es muy difícil interviuar al maestro Guerrero». Semejante palabreja necesita de ensayos para llegar a decirla; pruebe usted, si acaso. Se trata de una modernidad absurda del locutor, que traduce la palabra inglesa interview, cuyo significado es, sencillamente, entrevista.
Ganas de meterse en dificultades sin venir a cuento, sobre todo cuando la lengua nos resulta extraña. Pasea uno, nacido y criado en el Barrio, por las calles de Northolt y va de sorpresa en sorpresa. Me paro ante una frutería, -de indostanos, claro-, que presenta una brillante exposición de productos variadísimos; algunos para mí exóticos. Me llaman la atención unas granadas más grandes de lo habitual; bueno, pues esa fruta, la granada, llena de granos, que está tan claro que es una granada, tiene un letrero que reza: «Large turkish pome». ¡Venga ya, hombre!
El de la radio seguía, «la interviú resulta muy difícil porque el maestro…» Efectivamente, el músico interrumpía cada pocas palabras, se salía de plano con facilidad. Los compañeros actuales del locutor se lo tomaban a risa: «El interviuador que lo interviuara buen interviuador será».
Nos metemos en charcos incluso cuando no llueve. Un martes salgo del estudio de la RPA en Langreo y la amable técnica me cuenta la noticia que dominará la jornada, el esclarecimiento del asesinato de Ardines. La prensa, al día siguiente, realiza un gran despliegue informativo. Los nervios en las redacciones no son buenos consejeros: «La Guardia civil hizo públicas las imágenes de un vídeo de un minuto y dieciséis minutos de duración difundido tras el registro de la vivienda».
Se complican las cosas cuando usamos otra lengua. Textual: «El amplio despliegue da una idea de lo peligroso que fue el desenlace de esta operación, bautizada con el nombre de Caleya (del alemán Strasse, que significa camino o calle)».
Me encuentro más cómodo entre el lenguaje de nuestra gente; espero no ver en Caliao rótulos con «La Cuadra Strasse» ni en L’Ará la «Ablaneu Strasse». Subo a Laviana en «el Villa»; para sentarme tengo que molestar a un pobre hombre con dificultades de movilidad. Me excuso, pero él no le da importancia; enseguida empezamos a hablar; es lo que tiene el gremio de sufridores del transporte público, enseguida establecemos lazos de solidaridad. Me cuenta sus horarios para bajar desde Casu al Hospital Valle del Nalón; desde las siete de la mañana en danza, él que tiene medio cuerpo impedido por una trombosis. Ahora, al regreso, llegará a la Pola a las 12:45 y tendrá que esperar el enlace hasta las 14:30. Le intento quitar importancia a la espera, «¡Bueno, ho! así hay tiempu de tomar unos vinucos con les amistaes». «Nun pueo beber y ye que ellos dan-y todos; así que, sin poder beber, nun ye la primera vez que tando xuntos pe la Pola acaba unu calamocanu«.
Tuve que acudir al diccionario, lo reconozco. Tiene el sentido de usos como «tar así, así», «tar pa la mano», o «medio chispu». Alegrucu, vaya. Estemos alegres, que ya se acerca la primavera, y seamos benévolos entre seres humanos, incluso en este estado de elecciones crónicas; véase el ejemplo de la mano que ama a Joseph, aún cariñosa hasta en el insulto. Pásenlo bien, que antes de que acaben de leer estas líneas estaremos en Cuaresma Cuaresmatis.