El pasado mes de mayo Santi Obaya revalidó su título de Campeón de Asturias de Carreras por Montaña. Lo hizo tras recorrer 32 kilómetros y superar los 5.900 metros de desnivel que proponía el Trail Alto Aller.
Este kioskero de Gijón sabe lo que es ganar este tipo de pruebas pero su mirada y ambición están puestas actualmente en otra mucho más dura: el ultra trail o ultra fondo, donde se recorren distancias mucho mayores.
Obaya empezó a correr de forma «oficial» hace más de nueve años, aunque ya desde pequeño le gustaba la montaña y salir a la naturaleza. Ahora combina su pasión por las carreras con su trabajo. Lleva muchos años al frente de un kiosko en el barrio gijonés del Llano que requiere mucha atención y más tiempo del que le gustaría, pero hoy en día no es fácil vivir del deporte.
El pasado mes de agosto participó en una de las pruebas más exigentes del calendario europeo, el Ultra Trail del Mont-Blanc. Desafortunadamente, tuvo que abandonar la prueba después de sufrir cinco horas bajo condiciones climatológicas adversas, con cincuenta kilómetros ya recorridos.
La amarga experiencia del abandono se ha repetido, debido a una lesión en la recién disputada Tenerife Blue Trail, una de las carreras favoritas del corredor.
-Este año ha sido dual para ti: te has proclamado Campeón de Asturias pero te has llevado varias decepciones especialmente en el terreno de las ultra carreras. ¿Es difícil afrontar los fracasos en este terreno?
-Sí, sobre todo psicológicamente. En este año me ha pasado de todo, y el tema de las ultras tiene un componente mental muy importante: cuanto más larga es la carrera más te influye. Si la cabeza no está fuerte al mínimo problema vas un poco abajo, y eso es lo que me está pasando este año. Debido a la situación económica no entreno lo que quisiera, porque para preparar un ultra hacen falta muchas horas. Así que inevitablemente ya voy pensando «qué poco entreno, cómo voy a hacer esta barbaridad». Estoy participando con la mentalidad de «a ver qué pasa» y eso no sale bien; tengo que cambiar el planteamiento.
-Has conseguido excelentes resultados en otro tipo de pruebas, pero aún así las ultras son las competiciones que más te motivan.
-Yo disfruto entrenando y participando en otras carreras, pero las ultras me llenan mucho más que cualquier otra vivencia. Se pasa mal y bien, se tiene hambre y sed… Siempre te hacen ir más allá, nunca sabes dónde están tus límites.
«Las ultras me llenan mucho más que cualquier otra vivencia. Se pasa mal y bien, se tiene hambre y sed… Siempre te hacen ir más allá, nunca sabes dónde están tus límites»
-¿Cual es la situación más complicada que puedes encontrar en una competición?
-Probablemente la lluvia. Recuerdo una edición de la Ultra Trail que fue terrible. Acabaron la prueba solo 200 personas de las 1.000 que tomaron la salida. Estábamos bajo un temporal de lluvia, yo iba temblando y pensando «si tuerzo un tobillo, no salgo de aquí», y eso me quedó marcado. Algo parecido me pasó en el Mont-Blanc, y aunque las previsiones meteorológicas anunciaban que iba a dejar de llover, también me había cogido frío en el estómago, lo cual me afecta bastante. Desde luego, las primeras cinco horas bajo la lluvia me machacaron anímicamente; aunque soy asturiano creo que llevo sangre canaria, a mí que me den sol.
-¿Qué es lo más gratificante en la práctica de este deporte: la posibilidad de disfrutar del entorno en el que te mueves o el superarse a uno mismo?
-Un poco de todo. Cuando estás en carrera lo que predomina es el espíritu de competición y vas más pendiente de cómo y dónde pisas que de la naturaleza. Donde disfrutas más del entorno es en los entrenamientos.
-Correr por las montañas se ha puesto de moda y son muchos los deportistas que se lanzan a experimentar nuevas sensaciones
-Sí, ahora mismo hay un boom, sobre todo de las ultras, pero es un proceso que debería afrontarse de forma gradual. A veces ves auténticas «burradas» de gente que apenas lleva un año corriendo y ya se atreve con 160 kilómetros. Está bien querer conocer los límites de cada uno, pero yo llevo once años corriendo y este año me atreví por primera vez con las 100 millas del Ultra Trail del Mont-Blanc.
-¿Que ofrece Asturias para la práctica del trail running?
-En Asturias tenemos un paisaje envidiable para cualquiera que le guste correr por montaña, y tenemos todo lo que queramos, desde pruebas rápidas y fáciles para el que empieza hasta otras más técnicas como las que se hacen en Cabrales. Aquí el problema es que el clima nunca te garantiza el buen tiempo.
-¿Qué proyectos te planteas para el futuro?
-Con el Mont-Blanc tengo una espina clavada, así que ese será mi gran objetivo para el próximo año. En Asturias competiré en las carreras que pueda e intentaré conseguir otra vez el Campeonato de Asturias.