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jueves 21, noviembre 2024

Judith Obaya. Fuerza y aventura en femenino

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‘He dedicado gran parte de mi vida a buscar nuevos retos y experimentar con ellos sensaciones únicas.
Bici y moto han sido las herramientas elegidas. La fuerza, la constancia y el corazón para vivirlas de forma distinta como pocos han podido, son los ingredientes esenciales que aporto.
Ese espíritu que busca la autenticidad y marca la diferencia no se aprende o no se adopta, crece dentro de uno mismo, y busca la superación con cada aventura. Esta es la fuerza que quiero transmitir a cada una de vosotras’.
La vida de la maliayesa Judith Obaya no ha sido fácil. Su vida se encaminó como la de tantas otras mujeres: marido, hijos, una casa, trabajo… Rutinas cotidianas que un buen día se vinieron abajo y le obligaron a empezar de nuevo. La moto fue su pasaporte hacia una libertad que se ha teñido de aventura y reivindicación. La vida ha vuelto a ser VIDA para esta mujer llena de fuerza.

-Decidiste recuperar tus sueños cuando ya tenías una vida «organizada». ¿Qué te hizo dar ese golpe de timón y coger tu moto?
-Me divorcié porque las cosas iban mal. Tomas esta decisión porque no te queda otra y, a partir de ahí, tienes que empezar una vida desde cero, una vida distinta porque fueron muchos años en pareja y volver a retomarlo todo cuesta. Cuando me divorcié tenía cuarenta años y, a partir de ahí, es cuando doy ese volantazo. De una manera u otra, siempre había tenido moto pero la había aparcado. Cuando me divorcié me dije: hay que levantar cabeza, volver a empezar y la mejor manera es haciendo algo que realmente me guste y me distraiga, que me llene. Primero empecé a moverme en moto por aquí con compañeros, después me la dejaban y, cuando pude, me compré una y empecé a viajar, que era lo que siempre había querido. Francia, Italia, Portugal, España… poco a poco se van haciendo cosas. En 2013 fue el primer viaje patrocinado.
-En tus proyectos se mezclan viajes y retos. ¿A qué se debe esta combinación?
-Primero viajaba y me conformaba con hacer lo que todo motero hace: cargar las maletas y perderte. Pero lo que verdaderamente quiero, es ponerme metas cada vez más altas, eso me mantiene más viva, más activa. No lo hago por demostrar nada o porque tenga que hacerlo, simplemente me llena. Me hace estar a gusto conmigo misma, sentirme bien y satisfecha y eso es lo más importante para mí. Después está lo de buscar un valor añadido, y que pueda ayudar haciendo algo que sirva. Eso lo hace total y completo.
El año pasado quisimos llamar la atención de las administraciones públicas para que tomen medidas y reparen carreteras, que las señalicen correctamente y cumplan con sus obligaciones a la hora de garantizarnos nuestros derechos como conductores. Este año había que buscar un tema y el equipo, que somos mi socio José Manuel Barros y yo, decidimos qué sería: No a los malos tratos a las mujeres. Me decepcionó la respuesta de mucha gente porque te tratan de feminista radical y sinceramente, no me esperaba esto. Especialmente de los moteros que predicamos la solidaridad, el ser una piña para luchar por las cosas y te das cuenta de que no todos somos tan ‘buenos’. No obstante ,lejos de desanimarme me hace pelear todavía más duro. Este año defiendo esta causa pero otro, a lo mejor lucho por otra: ‘si ves una necesidad en el mundo, hazlo tú, pero no critiques’.

«Necesito ponerme retos cada vez mayores porque hacen que me sienta viva. No lo hago para demostrar nada a nadie»

-A principios de año te marcaste el reto de subir al Mulhacén y además fue en medio de una ola de frío que asoló la Península…
-Sí, eso me impidió llegar arriba. Me quedé a nada y me dio rabia pero no podía más. Fue lo más sensato porque había una ventisca tremenda y nos cogió la niebla. En esa ocasión no pudo ser, pero no salí de allí sin prometer que volvería, así que en mayo o en junio regresaré y lo voy a subir sin parar. Lo bueno de este viaje fue encontrarme con José que, como compañero de equipo, es lo mejor que me podía haber encontrado porque es una persona que siempre está ahí de apoyo. Sentir que tienes a alguien tan bueno detrás, que te está mimando, cuidando y que sabes que puedes contar con él en todo momento, es algo que te da mucha tranquilidad y mucha seguridad.
-El segundo reto que te marcaste fue cruzar el Sáhara en bicicleta, pero el tercero son palabras mayores. ¿En qué consiste?
-A final de año queremos hacer la Trans-Eurasia Polar, cruzar Europa y Asia en moto en invierno. Iríamos sobre hielo la mayor parte del camino, rodaríamos a temperaturas de menos cincuenta grados bajo cero y haríamos más de cuatro mil kilómetros en el círculo Polar Ártico. Lo que queremos es llegar al estrecho de Bering pero es algo muy duro y muy, muy grande. Son tres meses de viaje y para ello tendríamos que contar con un apoyo económico importante. Estamos buscando una productora o alguien que le interese y nos ayude porque nosotros, como currantes que somos, llevamos años investigando y trabajando en el tema para prepararlo todo, pero si no hay dinero, no hay nada.
-A nivel personal, ¿qué es lo que más valoras de todos los viajes que has hecho?
-Tenemos una idea equivocada de la gente que hay a nuestro alrededor. Cuando viajo a Marruecos me tratan muy bien, cuando viajé por el Sáhara occidental, por toda Europa, Georgia, Turquía, Rusia, me trataron estupendamente y nunca me encontré ningún problema. Si vas con buena fe, ellos te atienden igual y esa idea de que fuera de aquí, todo es malo no es acertada. Me quedo con la satisfacción personal de compartir diferentes culturas y formas de vida. Si ahora me hablan de comprarme un coche o un piso, digo que para nada. Todo el dinero que tenga va a ser para invertirlo en convivir con otra gente y en viajar. Valoro mucho más el compartir, aunque no hable el mismo idioma, que todo el dinero que me puedan dar. Evidentemente para poder hacerlo tengo que tener una estabilidad económica, pero prefiero eso, a todas las propiedades y a todo lo que pueda adquirirse con una moneda.
-Trabajas en la Comisión Femenina de Motociclismo ¿en qué consiste tu labor?
-Colaboro en todo lo que puedo pero no soy técnica ni una gran piloto. ¿En qué puedo ayudar a estas mujeres? Pues mi mundo dentro de la moto es viajar y lo que yo puedo aportar es cómo preparar un viaje, qué documentación necesitas a la hora de ir a otro país. Con el tiempo y la práctica vas adquiriendo técnicas que son muy útiles y las puedes comunicar a otras mujeres que están empezando a coger la moto y viajar.

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