El cine se ha convertido en una herramienta que además de reflejar la sociedad, sirve para abrir conciencias, dar diferentes enfoques sobre un tema o impulsar la imaginación. Analizando su funcionamiento en nuestro país, constatamos que detrás de las películas, series y documentales que se ruedan, la presencia de la mujer es muy pequeña, con la carencia que ello supone para la sociedad. La cineasta Amanda Castro profundiza en ello a través de sus libros y su conocimiento del sector.
-Además de trabajar en los informativos, sus dos libros reivindican el papel de la mujer en ámbitos como la poesía y el cine, y ponen de manifiesto cómo han sido silenciadas. ¿Qué métodos se han utilizado para borrar sus huellas o modificar su relevancia?
-En el primero de mis libros analizo la representación de la mujer en el cine español de la Transición, poniendo de manifiesto la escasez de personajes femeninos complejos que reflejen los verdaderos conflictos de las mujeres en esos años. Una de las razones principales que podemos hallar es la falta de directoras, tan solo tres en una década en la que se producen en torno a mil largometrajes. El discurso fílmico contribuyó a la configuración de la realidad social de la mujer española y a la modelación de su identidad y su memoria colectiva, al interactuar con los valores, creencias y opiniones de las espectadoras. Y lo hizo ofreciendo mayoritariamente figuras femeninas sin discurso ni complejidad alguna, mostrándolas como meros objetos de deseo masculino.
-¿Y qué tema aborda su segundo libro?
-En él busco dar respuesta a si es posible retratar la grandeza de un genio en la gran pantalla y qué herramientas posee el cine para ello. Lo hago a través de un estudio en profundidad del biopic Sylvia, sobre la vida de la poeta norteamericana Sylvia Plath, demostrando la extraordinaria relevancia de la ética del cineasta en las diferentes decisiones que va tomando a lo largo del proceso de realización de una película. En este caso, se trata de una escritora pero, por lo que he podido observar en otros biopics de artista, abundan los relatos melodramáticos y empobrecedores tanto de hombres como de mujeres excepcionales, que apenas profundizan en su obra artística y se centran principalmente en sus tormentosos romances.
«Como mujeres vivimos ciertas experiencias distintas a los hombres y es importante que el cine las recoja, al igual que hace con las masculinas. Esto nos enriquece a todos como sociedad y ayuda a entendernos mejor»
-Los últimos Goya estuvieron marcados por el apoyo a las mujeres del cine español, ¿qué determinaciones reales puede dar la Academia del Cine Español, más allá de las declaraciones de ese día?
-Las declaraciones son importantes porque visibilizan los conflictos y señalan el camino a recorrer. Ahora se necesitan políticas que acompañen estos gestos, apoyando realmente los proyectos en los que las mujeres ocupen cargos de responsabilidad creativa y económica hasta que se logre una mayor igualdad en este sentido.
-Realmente el premio tanto a la dirección como a la dirección novel lo ganaron mujeres -Isabel Coixet y Carla Simón-, ¿qué le dice esto?
-Teniendo en cuenta que las mujeres constituían un porcentaje muy reducido de las nominaciones totales, parece un dato bastante significativo que dos de los premios más importantes los hayan obtenido dos directoras con proyectos además bien diferentes. Creo que es una excelente noticia para nuestro cine.
-¿La mirada de una mujer cineasta es diferente de la de un hombre, o depende totalmente de las diferentes sensibilidades y maneras de crear de cada persona?
-Lo que sí parece evidente es que como mujeres vivimos ciertas experiencias distintas a los hombres y es importante que el cine las recoja, al igual que hace con las masculinas. Esto nos enriquece a todos como sociedad y pienso que ayuda a entendernos mejor.
-¿De qué manera el cine perpetúa la configuración machista que tenemos del mundo, de las relaciones…?
-El cine es una herramienta educativa y cultural portentosa porque ofrece modelos de vida y pautas de comportamiento que llegan al público a través del impacto emocional. De ahí la enorme relevancia que adquiere la toma de conciencia de la igualdad detrás de la cámara. Para transformar esos imaginarios colectivos es necesario ofrecer nuevas representaciones, dar cabida a todos los puntos de vista. Existen estudios que demuestran cómo algunos temas, por ejemplo la violencia de género, son tratados de modo diferente en función de si el guión lo escribe un hombre o una mujer. Por lo general, las guionistas no utilizan el humor para abordar esos asuntos.
«El cine es una herramienta educativa y cultural portentosa, porque ofrece modelos de vida y pautas de comportamiento. De ahí la enorme relevancia que adquiere la toma de conciencia de la igualdad detrásde la cámara»
-En el cine, la cara más visible de la desigualdad son las actrices, pero tampoco consiguen trabajo a la par que sus compañeros hombres, las operadoras de cámaras, foquistas, scripts… ¿no hay suficientes estudiantes o hay que achacarlo a la discriminación de género?
-Existen algunas profesiones dentro del cine que tradicionalmente se han asignado en exclusiva a los hombres, por ejemplo, el equipo de cámara o de sonido. Y a la inversa, algunos departamentos parecen estar «reservados» a las mujeres, es el caso de maquillaje o vestuario. Cuesta mucho derribar estas barreras culturales, por ello es importante que se promuevan los cambios a través de medidas políticas de apoyo durante el tiempo necesario para alcanzar al menos cierto grado de igualdad.
-¿Cómo cree que podría avanzar el tema de la igualdad en el mundo del cine en concreto? ¿Sería necesario arriesgarse más con proyectos propios, aunque sean más pequeños?
-Eso ya está sucediendo. En proyectos pequeños o «low cost», sí encontramos mujeres al frente. De hecho están realizando bastantes documentales. Sin embargo, cuando se trata de otorgarles la confianza de un presupuesto medio, las mujeres empiezan a desaparecer de los puestos de responsabilidad creativa. Algunos estudios apuntan a que el poder y la financiación están en manos de los hombres, que a su vez tienen sus propios patrones culturales bien arraigados y no apuestan por las directoras de manera natural. De ahí la importancia de las acciones políticas para corregir este desequilibrio.
-En Estados Unidos el movimiento #Metoo está sacando a la luz casos de acoso en el idílico mundo del cine, ¿cree que en España algo similar sería necesario?
-Me parece importante que las personas que han sufrido acoso puedan denunciarlo y, sobre todo, que determinadas conductas hasta hace poco normalizadas, comiencen a cuestionarse y a transformarse una vez salen a la luz pública. Junto a todo esto, no debemos perder de vista que en algunos casos hablamos de hechos muy graves y deben ser tratados con el máximo rigor.