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viernes 26, abril 2024

Pravia. Lugar de confluencia

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El Nalón y el Narcea se abrazan en Pravia, generando con la suma de sus aguas la mayor cuenca hidrográfica del norte. Esta unión tranquila da lugar a fértiles vegas, pero también marca la pauta a seguir en el concejo: el encuentro de opuestos genera riqueza.
Pravia vive próxima al mar, sin perder su unión a la tierra, a la agricultura que da unas de las fabas y los kiwis más afamados de la región, contribuyendo con ello a una gastronomía de primer orden, debido a la calidad de la materia prima. Pero aunque el mar esté cercano y sea una base firme para el turismo, los pravianos no olvidan que los ríos que lo surcan son su fuente de riqueza, de ocio, de belleza. Son lugar de encuentro y también de soledad pescando truchas y salmones sin más compañía que la vegetación y la fauna que acompañan, así como los pocos pensamientos que se resisten a marchar. Y en el otro extremo, en sus aguas se celebran competiciones deportivas como el Descenso-Ascenso Internacional del Nalón en piragua y el Descenso del Narcea.
Así, sin renunciar a nada, Pravia lo posee todo. En los valles verdes y suaves elevaciones, los senderistas o ciclistas buscan el contacto con la naturaleza. Además de retarse a sí mismos, rememoran lo que son mientras se esfuerzan en el silencio que busca llenarse con sensaciones naturales.
El entorno permite entender porqué son muchos los que se establecieron aquí a lo largo de la historia, dejando huellas que hoy se reflejan en el patrimonio histórico y cultural de Pravia. Desde asentamientos castrenses como el castro de Doñapaya, el Pico El Castro, el Cogollo o las Corollas, a referencias romanas como la Estela de los Cabos, que hoy se encuentra en el Museo Arqueológico de Oviedo. En cuanto a arte prerrománico, todavía se conserva la Iglesia de San Juan Apóstol y Evangelista, en Santianes, que data del siglo VIII y es la más antigua conservada en Asturias en lo que a arquitectura prerrománica se refiere.

Río Nalón a su paso por Pravia
Río Nalón a su paso por Pravia. / Fusión Asturias

Pravia y sus pueblos, un gran encuentro

Sin embargo, el gran crecimiento de la villa tuvo lugar a principios del siglo XVIII, como se puede apreciar en la Iglesia de Santa María la Mayor, el Palacio de Moutas y las Casas de los Canónigos. Estos tres ejemplos de arquitectura barroca se encuentran en el centro de la villa, asomados al Parque Sabino Moutas. De la misma época son el edificio del Ayuntamiento y la Casa de Valdés. Callejear por el casco antiguo de la villa supone un viaje en el tiempo, con callejuelas y plazas que conservan el sabor de antaño, como la Plaza del Conde de Guadalhorce y los edificios de principios del siglo XX que la circundan. Otra visita ineludible es a la Ermita de la Virgen del Valle, que data del siglo XIV, alberga a la patrona de Pravia y contiene uno de los mejores retablos renacentistas de Asturias.
En cuanto a sus pueblos, uno de los más emblemáticos es Somao, con su conservada arquitectura indiana perfectamente integrada en la arquitectura más tradicional. En el cercano pueblo de Los Cabos destaca el Palacio de Suárez-Miranda y Omaña y la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, adosada al lateral del palacio.
Hacia el interior, se recomienda la parada en Santianes. Tras la citada Iglesia de San Juan, ha de visitarse el Museo del Prerrománico. Y al finalizar, admirar el Palacio de Salas, junto al templo. La siguiente recomendación es el pueblo de Agones, que todavía conserva el puente construido en el siglo XVIII sobre el río Aranguín, famoso por sus truchas.
Tomando dirección noroeste, hay que detenerse en Escoredo para visitar el Palacio de Cuervo y Miranda y su Iglesia advocada a Santiago, ya que por aquí pasaba el Camino. Esta zona del concejo está repleta de casas de aldea y hórreos, entre suaves lomas verdes que esconden en los valles fértiles huertas y extensas zonas de pasto. Entre ellas están los pueblos de Villaver e Inclán, cada uno con sendos palacios. El punto final en esta zona podría ser Cañedo, donde merece la pena ver un centenario molino de agua en funcionamiento.
Remontando ahora la otra orilla del río Aranguín nos dirigimos a Arborio para conocer la Torre de Arango del siglo XV, a cuyos lados se construyeron posteriormente un palacio y una capilla. Animados por el rumor del agua, seguimos hasta Quintana y su Capilla de San Juan.
Si hasta el momento hemos dirigido nuestros pasos hacia los valles y montes pravianos, nos encaminamos ahora hacia la vega de Peñaullán bañada por el río Nalón y a la vega de Quinzanas a orillas del Narcea. La primera está presidida por el pueblo del mismo nombre, de grandes dimensiones debido a la riqueza de sus huertas y a la industria cafetera que aquí se ha desarrollado. En Peñaullán destacan la Casa de Morán -de nuevo del siglo XVIII- y la Capilla de San José. En cambio en la vega de Quinzanas, el pueblo acoge el Palacio de los Francos y la Iglesia de Santa María. A la otra orilla del río conocemos los núcleos agrícolas de Corias, Repolles y Luerces, donde espera la Iglesia de San Miguel del siglo XIII, con sus hermosas tallas medievales.
En muchos de los pueblos nombrados hay casas de turismo rural en las que detenerse y descansar rodeados de silencio y ambiente natural, para preservar al máximo las sensaciones recibidas.

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